El histórico octavo que se retiró campeón en 2018, y volvió a mitad de 2019 para ayudar a completar el equipo, brindó su reportaje en #LPEP. ¡Escuchá la nota completa!
Difícil es cortar con algo que te hace sentir vivo, que te brinda salud y te permite salir de la monotonía y de la rutina. A veces te lo pide la edad, a veces se interponen las obligaciones; pero en general uno nunca termina de irse de donde se siente bien; y eso le sucedió a Marcio Lovaysa, jugador de Rugby que volvió del retiro para darle una mano a sus compañeros y el Club de sus amores, Ranqueles: “Al finalizar la temporada 2018 varios optamos por retirarnos, pero mas o menos en agosto de 2019 volví a acompañar a los chicos porque les faltaba gente. Jugué los últimos partidos con poco entrenamiento”, comenta el Forward y agrega: “El año pasado jugamos final de Copa de Plata, con poca gente, pero de menor a mayor, sin embargo este año éramos casi 40 personas para afrontar el campeonato y esta situación (el coronavirus) nos pinchó todo y no sabemos cómo vamos a volver”, lamentó.
Volviendo en el tiempo, Marcio conoció el deporte de grande, y de allí nos contó como nació el romance: “Mi amor por el rugby nació hace varios años cuando acompañaba a mi hermano que ya jugaba de chico; y yo me uní en 2010 cuando me llevó un amigo, y no cortamos mas hasta el año pasado que me había retirado y volví. La verdad que se extrañaba muchísimo y yo tenía la idea de seguir apoyando desde otro lado, con las juveniles, pero el trabajo por ahí influye con el tema de horarios y todo eso”, contó.
Sin dudas que históricamente a Ranqueles le ha costado sostener el rodaje; el Hockey creció muchísimo en la región, pero no así el rugby que cada año comienza el desafío de conseguir continuidad y al menor costo posible: “El año pasado, por no completar los 15 jugadores no sumábamos los puntos necesarios para hacer una mejor campaña. En inferiores hubo un buen trabajo, pero también con el problema de la escases de equipos en la región, que les cortaba la continuidad”,explica y agrega: “Seguimos siendo un punto lejano para la Unión Cordobesa, y cualquier partido (excepto Levalle) nos queda de 100 kilómetros para arriba. Los viajes son muy costosos, se vuelve un tema más que importante. Lo económico influye mucho, y terminas perdiendo mucha gente por eso, como perdés aquellos jugadores que se van a estudiar”.
Finalmente, el jugador se animó a dar su punto de vista sobre un tema que hasta hace poco era de agenda nacional, tras el asesinato de Fernando Báez Sosa a mano de una patota, que fue caratulada como un grupo de rugbiers, justamente sobre dicha caratula y su rebote en nuestra ciudad, Lovaysa hizo su analisis: “Para no entrar en discusiones, uno se queda al margen de lo que se habla. Nosotros sabemos los valores que nos han inculcado. Desde que yo estoy en el club, jamás vi el elitismo que le atribuyen. Nosotros tratamos de enseñar el respeto y la lealtad en el deporte. Lo que hace un individuo puertas afuera, excede al club. La realidad del Rugby en esos lugares (por ejemplo en BSAS) es totalmente distinta a la nuestra, quizás allá se puede ver un poco más el elitismo”, cerró.