Pasan los días de aislamiento y los emprendedores de la actividad física no tienen respuesta. La situación de algunos comienza a ser desesperante.
La Pandemia de Covid-19 nos tiene con cerca de 75 días de aislamiento y no es una nueva noticia el colapso que esto ha producido en distintos sectores económicos; en este caso, como nos compete la salud y el ejercicio nos ocupamos de la situación de Profesores y emprendedores de Gimnasios y Salones de actividades recreativas.
Desde el comienzo de esta situación atípica, hubo un cese total de todas las actividades que no han sido consideradas esenciales y la actividad física no fue menos.
De todas maneras, y con el correr de los días, en nuestra ciudad se trabajó confeccionando protocolos de bioseguridad para el día que se le permita a los gimnasios volver a abrir las puertas; y ese día aún no ha llegado y aún no se termina de definir el por qué.
La pasada semana, algunos anuncios hacían alusión a la llegada del gran día: La habilitación de los deportes individuales traía consigo un protocolo para abrir gimnasios y salones de Zumba, Yoga, etc; siempre con la premisa de que estaban prohibidas las ejercitaciones de musculación y la utilización de elementos comunes como por ejemplo barras, mancuernas, etc (y obviamente se solicitaba la aplicación de medidas de distanciamiento e higiene que a esta altura ya damos por sentado). Sin embargo esa habilitación nunca llegó y la justificación parece venir desde otro lado: Las internas políticas.
Como es de público conocimiento, nuestra ciudad fue noticia a nivel Provincial y casi Nacional por la intención de habilitar las juntadas familiares, algo que el propio Intendente César Abdala debió volver atrás denunciando incluso amenazas para el cese de la resolución ante la posibilidad de enfrentarse a complicaciones legales. Ahí se tornó uno de los conflictos más fuertes entre nuestra ciudad y el famoso Centro de Operaciones de Emergencias (COE), que es el ente que cumple con la bajada de las distintas resoluciones que se van tomando en la Provincia, la Región, etc. Este conflicto público llevó también a que se tenga minuciosidad en cada medida a tomar de aquí en adelante y, según los propios emprendedores de la actividad física, este conflicto les fue adverso a sus aspiraciones.
En un pequeño sondeo a distintos propietarios de gimnasios, encontramos diversas maneras con las cuales han podido subsistir de manera precaria y en la nebulosa de conocer hasta cuando se podrá sostener esta situación. Algunos recurrieron a la personalización de rutinas personales para ejercitarse en casa, algo que de a poco fue perdiendo el interés para los usuarios; otros pudieron alquilar elementos a sus clientes; algunos pudieron sortear el tema del alquiler inmobiliario con locadores piadosos; otros tantos debieron incurrir en otros rubros para ganarse el mango. “Te das cuenta que a veces hablan de la salud, y termina siendo todo político. Lo que sucede es que en estos conflictos políticos, los que perdemos somos nosotros”, explica el propietario de un Gimnasio local.
Desde el principio hemos estado siguiendo la situación de este rubro y no se termina de entender por qué se ha sido tan estricto con ellos, en comparación con otros. No hace menos de un mes y medio ya se conocían protocolos que cada región le iba presentando a la Cámara de Gimnasios provincial, y estos a su vez a los entes correspondientes, sin suerte alguna hasta el momento.
En nuestra ciudad, el efecto de volver atrás con las juntadas familiares hizo que ya no se tomen decisiones aisladas; a su vez que, como siempre, hay que esperar desde arriba que todo avance y siempre se hace al ritmo que avanza la Capital Provincial, que esta una fase detrás nuestra y eso termina perjudicándonos. Se espera que en la próxima fase de flexibilización haya novedades positivas.