Campeona Mundial, Récords Guinnes, actriz, política, influencer. De todo vivió Alejandra, pero pocos recuerdan sus inicios Profesionales en nuestra región.
Alejandra «locomotora» Oliveras fue noticia en los últimos días tras sufrir un Accidente Cerebro Vascular (ACV), y al conocerse hoy su fallecimiento. Su imponente físico y su forma de ser la convirtieron en un ícono que traspasó la barrera del boxeo a pesar de ser unos de los máximos exponentes que dio el pugilismo de nuestro país.
Pero poco se sabe de que su origen arriba del ring estuvo por estos lados, debido a su vínculo amoroso con el boxeador laboulayense Jorge «chino» Miranda. Sin ir más lejos, su debut profesional fue en General Levalle hace casi 20 años (agosto 2005), con victoria ante María del Carmen Potenza. Luego peleó en La Carlota, Buchardo y Río Cuarto. Incluso se lució en Laboulaye, en el actual Cine Roma. Menos de un año después ganaría su primer cinturón mundial venciendo en Tijuana a la local, Jackie Nava.
«Es una noticia que no esperaba, teniamos esperanza de que se salvara porque ella siempre fue una luchadora. Sus inicios se dieron acá en Adelia María, mi padre la descubrió pegandole a la bolsa en un gimnasio de Río Cuarto y la invitó a venir», expresa Carlos San Miguel, un reconocido promotor y entrenador de la región. «hizo toda su carrera amateur acá, se retiró invicta, era muy buena y se llevaba a todos por delante. Acá se conoció con Miranda y fueron pareja durante un tiempo. Luego se fue a entrenar a Córdoba con Carlos Tello Padre; y luego se fue con el legendario Amilcar Brusa, incluso Alejandra le dijo a Brusa que uno había sido importante en su carrera, algo que me generó mucho orgullo».

En 2008 tuvo una pelea contra otra número 1 como Marcela «la tigresa» Acuña; en el Luna Park con una preventa marketinera sin precedentes para nuestro país, sin duda un choque de titanes y que ambas supieron vender ya que también eran parte de Showmatch y el Bailando por un Sueño. Acuña se quedó con el cinturón y el invicto de Oliveras. Luego llegarían muchos títulos más para la locomotora, 6 totales a nivel mundial, y 4 en varios pesos/categorías distintos que la llevaron a integran los récords Guinnes.

«Su estilo avasallante, su manera de ir al frente contra todo, así era también en su vida, una luchadora», recuerda San Miguel, quién la equipara con la tigresa como las dos máximas representantes del boxeo femenino argentino. Si bien no hay tanto detalle de su paso por nuestra ciudad, está latente el mito que contaba que su imponente fuerza dejaba en ridículo a muchos musculosos a la hora de entrenar en los gimnasios laboulayenses. Era sin dudas una bola de músculos, y a pesar de no poseer una técnica tan privilegiada, su potencia era su mayor virtud y lo que la llevó a tener un récord de 33 victorias, la mitad por KO, 3 derrotas y 2 empates.
La jujeña no se perdió de nada, fue noticia por disculparse ante la prensa por no dar notas despues de un combate debido a que «Se estaba cagando» como ella misma lo dijo; lo mencionado en el farandulismo; e incluso se animó a la política, fue candidata a Diputada e integró el equipo de Patricia Bullrich en diferentes programas que tenían que ver con el rol social en el deporte.
En los últimos tiempos se destacó como influencer. Su carisma, su forma de ser apaisanada y tosca, pero original, la llevó a cosechar muchisimos seguidores que básicamente deben haber desconocido todos pergaminos y galardones previos.
Oliveras se fue a sus jóvenes 47 años pregonando mensajes positivos sobre vivir y disfrutar de la vida, transformándose justamente en el ejemplo de que la vida es una y se nos puede ir en cualquier momento.

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