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¡Revivió el potrero!

¡Revivió el potrero!

La canchita, el barrio, el alboroto de mas de 170 pibes que disputaron el domingo un torneo infanto/juvenil en «las 250» organizado por un vecino, que dejó expuesto además, que los chicos quieren jugar a la pelota en el verano.

El deporte en general, y el fútbol en particular es un movimiento pasional sin explicaciones. Además de las cuestiones de salud, culturales, inclusiva, y demás funciones sociales, el fútbol despierta sensaciones muchas veces inexplicables.

Y así le debe haber pasado al comerciante y emprendedor local, Emiliano Ramos, vecino del barrio 250 Viviendas de nuestra ciudad, a quién el horizonte diario le muestra como postal la canchita del mencionado sector, y de repente, con algún tinte nostálgico se le ocurrió organizar un campeonato de fútbol para los pibes. «Resulta que la canchita estuvo desierta mucho tiempo, pero después del Mundial empezaron a venir cada vez más y más chicos, por eso se me ocurrió hacer el campeonato», explicó Ramos.

Ramos posó junto a los pibes

Y dijimos al principio a grandes rasgos lo que genera el fútbol, y justamente el Campeonato Mundial obtenido por Argentina ha sacado lo mejor del poblado y su vecindad, un puño levantado al cielo festejando el triunfo máximo de la celeste y blanca, un símbolo de unidad y alegría que parecía interminable. Y esa fiebre pasional es contagiosa, por suerte. «apenas publiqué el afiche en las redes empezó a tener buena respuesta. Se empezaron a sumar vecinos, amigos, y empezaron a llegar donaciones. Nos donaron pan, chorizos, pelotas, redes. Vecinos y amigos se encargaron del planillaje, de la parrilla. Se pintaron los arcos, marcaron la cancha, taparon pozos… un trabajo incanzable. El día del Campeonato también se acercó mucha gente a colaborar». Los trofeos fueron impresos por el propio Emiliano en su impresora 3D, incluso el Área Deportes del Municipio colaboró con medallas, se puso a disposición la salita de atención médica del barrio (que está en frente de la canchita) por si había algún lastimado, y hasta se cortó el tránsito en la cuadra.

Fueron 20 equipos de niños entre 9 y 13 años, que daban un total aproximado de 170 pibes. No hubo costo alguno de inscripción, y se les dio de comer y beber gratuitamente a todos los participantes. «Estamos contentos con el resultado, y la idea es repetirlo todos los años en esta época que no hay mucho para hacer», explicó el mentor. Una iniciativa para imitar, incluso en otros barrios que también son convocantes para jugar a la pelota en los pocos potreros que quedan en la city.

El éxito no fue casualidad

Es digno de celebrar la predisposición, la organización, el aprovechamiento de espacios comunes para realizar tareas recreativas, o en criollo podemos decir que nos pone feliz ver a los pibes patear una pelota en la canchita del barrio. Pero hay un factor importante, y es la pasividad del fútbol infanto/juvenil institucional en esta época. Aquello que Emi Ramos vio como fiebre del mundial, luego de que Argentina se consagre campeón, es también un mix con la necesidad de los pibes de romper con ese sedentarismo que hay en cada verano. La mayoría de los chicos que jugaron el torneo son jugadores fichados en clubes locales que recién ahora están comenzando la pretemporada, cuando desde noviembre/diciembre están inactivos. Hay un hueco de tiempo enorme donde los chicos se quedan sin jugar, y hay poca iniciativa dirigencial para combatir ese esquema (Los clubes, con la iniciativa de padres y profes se pusieron de acuerdo informalmente a fin de año para disputar encuentros infantiles para no quedarse parados tanto tiempo). Se sabe que es un periodo vacacional, de descanso, y que la actividad suele encolumnarse al comienzo de clases, pero sin dudas que la cantidad de días que se pasan sin que los pibes tengan esa contención institucional es perjudicial. Cada año vemos que la prioridad a la Primera División, como sucede actualmente con 10 equipos que se inscribieron al Torneo Provincial, afecta el desempeño de los chicos, que tendrán que esperar al menos hasta el 25 de marzo para competir nuevamente. Una buena opción, incluso desde lo económico para los clubes, son las disputas de campeonatos infantiles, como sucedió con el Rolando Cañete (Jovita), o el próximo Encuentro de la Amistad Ronald Biglione (Huracán).


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